El 25 de febrero de 2018, a los 73 años de edad ha fallecido Don Antonio López Rodríguez.
Me entere de la noticia por mi amigo Javier Nicolás. En principio te quedas noqueado, pero reaccionas y de repente te vienen a la mente los buenos recuerdos compartidos con él. Creo que es mi obligación comentar algo sobre él para que a las jóvenes generaciones les sirva de ejemplo de cómo se puede armonizar el trabajo cotidiano con una pasión que puede durar toda una vida, como es el caso de D. Antonio López Rodríguez.
Mi primera impresión de D. Antonio López Rodríguez, abogado de profesión fue la de una persona afable, de buen humor y gran amante del ajedrez. Eran los 90 y yo empezaba hacer mis pinitos en el ajedrez murciano. Era un enamorado de los maestros antiguos del ajedrez, sobre todo de los románticos (Marsall, Mieses, Andersen,etc) y teníamos largas charlas sobre el ajedrez en general. Siempre acompañado por su gran amigo Pedro Torres, jugábamos partidas rápidas en el Real Casino de Murcia, con otros aficionados que no conocían…¡los programas informáticos!
Cuando todavía vivía en Águilas, me llego a proponer un torneo amistoso los sábados por la mañana, a lo que gustosamente me preste. Su gran nivel de juego, sólido y posicional, contrastaba otras veces con sus sacrificios intuitivos a lo romántico, haciendo honor a aquellos grandes maestros muy venerados por él. Creo que empatamos, pero eso es lo de menos. Entablamos una buena amistad, esa que cuando llevas mucho tiempo sin ver a esa persona, no importa, porque el contacto es inmediato y la relación fluida. Jamás le oí hablar mal de nadie, en la derrota se comportaba como un caballero y en la victoria era humilde. Se nos ha ido una buena persona, y me atrevo a decir, que se ha ido el último caballero del ajedrez. Descanse en paz.